El camino monástico
POSTULANTE
Es la primera etapa en la vida monástica. Durante este tiempo el postulante conoce los fundamentos monásticos de nuestra vocación y se prepara para dar el siguiente paso.
NOVICIO
En esta segunda etapa de la formación inicial se estimulará al novicio para que se dedique a la lectura y meditación de las Sagradas Escrituras, se lo preparará para celebrar la Obra de Dios en la Liturgia y se lo motivará para que transite un camino de búsqueda de Dios aprendiendo a reconocer y utilizar, por medio de la obediencia, los dones que el Señor puso en él. Será también una etapa para que el novicio se instruya en la tradición monástica y en la espiritualidad de la Regla de san Benito.
PROFESIÓN TEMPORAL
Hacia el final del tiempo del noviciado el novicio hará su petición al abad y a la comunidad para ser admitido a la profesión temporal. Si es aceptado, el novicio hará entonces sus votos por tres años prometiendo estabilidad, observancia monástica y obediencia en este monasterio, según la Regla de N.P. san Benito y las Constituciones de nuestra Congregación. Durante el tiempo de la profesión temporal el hermano se preocupará de crecer en el conocimiento y fidelidad a los votos monásticos, en su vida de oración, en su formación humana y espiritual, en su plena integración a la vida de la comunidad.
PROFESIÓN SOLEMNE
La formación inicial concluye con la profesión solemne. Esta pone de manifiesto la dimensión de totalidad en el compromiso que ya se asumió en la profesión temporal. Sin embargo, no termina la formación del monje con la profesión solemne. La estabilidad y fidelidad en el monasterio hasta la muerte exigen además de una vida de oración comprometida en la práctica de las buenas obras, una formación espiritual, doctrinal y práctica que dure hasta la muerte.
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